Los típicos clásicos domingos en familia, rara convinación de juegos, risas, charlas y alguna que otra pelea. Las pastas de la abuela, el comedor en el que antes se podía armar una pista de baile ahora no tiene espacio ni para un alfiler mas, las cuñadas mostrandose los dientes, y las voz mas firme y dulce que de nuevo dice: a comer!. Fila india para lavarse las manos, donde me siento? al lado de la tía (con Camila en la panza que ya cumplió 8 meses, y escucha atenta para buscar un lugar estratégico en unos meses), yo al lado de mi papa! (con poco mas de 50 cm nadie se atrevería a decirle no), yo me siento arriba de la mesa si quieren, pero apurense que se enfría la comida! ninguna objeción mas, todos listos. Los chicos ya comen solos! Un sinfin de temas son los protagonistas. El reloj fuera de juego. Postres varios, café, té y otro fernet. Sorpresa: 17 pm. Se sumaron unos amigos, y ya hay rueda de mates. Partido de fútbol, el nuevo guitarrista muestra sus habilidades y lo acompaña el primo con el acordeón. Se siguen sumando sillas: un vecino, el novio nuevo, y la consuegra que esta depresiva. Parece el único sitio donde los problemas parecen fáciles, las tristezas muy chiquitas los llantos desaparecen. Fin de otro simple y maravilloso evento familiar.

1 comentario:

  1. esas comidas familiares...qué recuerdos!Tu entrada me ha recordado mucho a mis cenas familiares de Navidad Y Nochevieja...jaja.qué momentos!!!muy bueno te está saliendo el blog!sigue así!

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